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La tecnología y los diferentes dispositivos de sonido han evolucionado de manera considerable en los últimos años. Cada vez podemos encontrarnos con más fabricantes que diseñan dispositivos y equipos catalogados como Hi-Res que nos ofrecen un sonido muy similar al original del estudio o grabación —por lo que se han convertido en una opción muy conveniente para los verdaderos audiófilos—. Los dispositivos Hi-Res vienen indicados con un logo especial, y es importante fijarse en él a la hora de adquirir uno de ellos —para asegurarte de que realmente ofrezcan esta calidad—. Si buscas la mejor experiencia de escucha o, al menos, quieres mejorar la calidad de tu sonido frente a tus viejos altavoces, te recomendamos que te pases al audio Hi-Res. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre esta tecnología.
Hi-Res, o Hi-Res audio, es un acrónimo del inglés Hight Resolution (alta resolución, en español). Los altavoces y dispositivos Hi-Res son capaces de reproducir el sonido tal como fue grabado, puesto que ofrecen una gran fidelidad. De hecho, este tipo de tecnología ha sido definida en muchas ocasiones como audio sin pérdida ya que es capaz de reproducir todo el espectro de sonido de las grabaciones masterizadas desde fuentes de sonido de gran resolución.
Ahora bien, al contrario de lo que ocurre con la alta definición del vídeo, en este tipo de sonido no existe un único estándar universal a la hora de clasificar el Hi-Res audio. Eso sí, hay unos baremos mínimos. Y es que, no es lo mismo escuchar el sonido de un CD de música que el de una pista de audio digital en formato WAV. Para el sonido Hi-Res el estándar se establece en 96 kHz o, lo que es lo mismo, 96.000 muestras de la onda por segundo —como vemos en el punto siguiente—. Esto nos permite recoger una mayor cantidad de matices con respecto al sonido original, lo que hace que sea mucho más fiel al mismo.
Como sabrás, cuando se graba un sonido en los estudios —sean del tipo que sean— se obtiene un audio bruto no comprimido, además la grabación se realiza de forma analógica. El sonido que escuchamos en nuestros equipos de sonido, televisores, consolas, smartphones o reproductores Hi-Res es un sonido digital, lo que quiere decir que las ondas se han medido para poder ser recreadas en el aparato que va a emitir dicho sonido —y muchas veces se han comprimido—. Las ondas se miden tomando muestras periódicas —lo que se conoce como velocidad de muestreo— y es justo esta frecuencia la que determina una mayor o menor fidelidad o resolución. Cuanto mayor sea la velocidad de muestreo, mayor será la fidelidad a la que estamos convirtiendo el audio en digital. Permitiéndonos, así, establecer los baremos mínimos mencionados.
Ahora que ya sabes qué es Hi-Res audio, es importante saber qué aporta y en qué se diferencia del audio normal, y por qué motivo resulta conveniente pasarse a este tipo de tecnología. Y es que, como ya hemos dicho, los archivos de alta resolución ofrecen una calidad de sonido muy superior, por encima de los comprimidos, así como también otras muchas ventajas. Estas son algunas de las principales diferencias.
Al tratarse de un sonido más fiel tiene mejor calidad de audio. Esto nos permite disfrutar de un mayor detalle y textura dando la posibilidad a los oyentes de acercarse a la grabación original. Por supuesto, para ello es necesario también que el equipo o sistema de reproducción permita reproducir este tipo de sonidos. El sonido Hi-Res enriquece el sonido con matices más notorios.
Vamos a verlo con un ejemplo básico de los formatos de sonido más utilizados que son los AAC (en Apple Music), los Ogg Vorbis streams (en Spotify) o cualquier audio MP3. En todos ellos el sonido original ha sufrido una compresión, lo que ha hecho que se pierda información sacrificando la resolución por cuestiones de almacenamiento. Un MP3, por ejemplo, cuenta con una tasa de muestreo de 320 kbps y un CD 1411 kbps, mientras que un archivo de 24-bit/192 kHz cuenta con una tasa de muestreo de 9216 kbps. Como ves, la diferencia es muy significativa. Los archivos Hi-Res 24 bit/96kHz o 24 bit/192kHz tienen una tasa de compresión mucho más reducida —o directamente no tienen—, lo que evita que se pierdan muchas frecuencias del audio original. Los formatos de audio Hi-Res más utilizados son: WAV, FLAC, ALAC, DSD y MQA.
Actualmente podemos encontrar una gran cantidad de plataformas donde poder reproducir y escuchar audio Hi-Res, lo que nos da la posibilidad de disfrutar de música de mayor calidad.
Hi-Res y Hi-Fi son dos conceptos muy similares que en muchas ocasiones se suelen confundir. En realidad, Hi-Fi (High Fidelity) es un término que se acuñó en los años cincuenta para los medios analógicos, concretamente para aquel sonido libre de ruido o distorsión. Este sonido evolucionó de manera considerable, de forma que algunos equipos considerados Hi-Fi en el pasado ya no lo son en la actualidad. El concepto de Hi-Fi está más relacionado con aparatos analógicos, mientras que el Hi-Res se relaciona con aparatos digitales. Hoy en día, con la tecnología actual, resulta más sencillo y más económico obtener Hi-Res —que depende directamente de la velocidad del proceso de muestreo— que una respuesta High-Fi —que depende más de la ingeniería y de los materiales utilizados en todo el proceso de conversión—.
Para escuchar sonido de calidad Hi-Res necesitarás un reproductor Hi-Res que sea capaz de lidiar con los formatos de compresión (o sin compresión) mencionados más arriba para el Hi-Res audio. Actualmente existen una gran cantidad de equipos que ofrecen una mejor calidad de audio, permitiéndote disfrutar del audio Hi-Res. De hecho, cualquier tarjeta gráfica ya es capaz de manejarlo. Los auriculares o altavoces, por tanto, deben ser capaces de reproducir esas frecuencias de más que tiene este tipo de sonido con gran fidelidad. En Zococity contamos con una gran variedad de reproductores Hi-Res, puedes echarle un vistazo a nuestro catálogo.