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Uno de los términos que más suelen resistirse a los usuarios de equipos de sonido es el de la impedancia. Este concepto está muy relacionado con el rendimiento de los altavoces, pero también con la calidad de los amplificadores, es por esta razón por la cual resulta tan importante. ¿Quieres un equipo de sonido que te garantice muchos años de servicio? Entonces te recomendamos que le prestes atención a la impedancia del sonido, entre otros conceptos. ¡Sigue leyendo!
Si nos limitamos únicamente a explicar cuál es el significado de este concepto nos encontramos con que la impedancia es la resistencia aparente de un circuito al flujo de una corriente eléctrica alterna (este último dotado de capacidad y de autoinducción). Es muy similar a la resistencia efectiva cuando se trata de la corriente continua. La impedancia de un concepto que es representado mediante la cantidad de ohm con los cuales se opone a la circulación de la corriente, los datos se obtienen de la suma vectorial de la resistencia más la reactancia.
La impedancia es la oposición al paso de la corriente alterna y la misma puede conocerse teniendo en cuenta la siguiente fórmula:
[Impedancia = resistencia + reactancia]
La resistencia se corresponde con el valor de oposición al paso de la corriente (continua o alterna) que tiene el resistor o resistencia. La reactancia, por otro lado, tiene que ver con la oposición al paso de la corriente alterna que tienen los condensadores (capacitores) y las bobinas (inductores). Además, la reactancia puede ser de dos tipos, en función de si es reactancia capacitiva (debido a los condensadores) y la reactancia inductiva (debido a las bobinas). Es importante tener en cuenta que muchos circuitos tienen tanto las resistencias, como los condensadores y las bobinas en un mismo lugar y por ellos circula corriente alterna. La oposición que presenta el conjunto es lo que denominamos como impedancia —tal como explicábamos más arriba—.
En un altavoz o equipo de sonido la impedancia juega un papel muy importante, ya que puede influir en la calidad del sonido (hay que tener en cuenta que esta puede variar, por lo que el equipo debe adaptarse para ofrecer un sonido estable y nítido), así como también en la vida útil del mismo (puesto que debido a ella los amplificadores podrían trabajar en régimen de sobrecarga, lo que acortaría su vida). Pero ¿Por qué?
Como decíamos en el punto anterior la impedancia acústica o impedancia del sonido nos indica cómo se comportan los equipos (independientemente de que sean altavoces, auriculares, amplificadores…) con respecto a la oposición que presentan al paso de la corriente. Impedancia, significado y funcionamiento es algo variable ya que está supeditada a la frecuencia. Es decir, la impedancia de una caja acústica puede variar durante la reproducción de música debido a que evoluciona la frecuencia y esto es decisivo en la amplia gama de dispositivos que podemos encontrar en el mercado. El valor nominal de la impedancia que dan los fabricantes de los altavoces suele estar calculado con una frecuencia de 1 kHz e indicado como 4, 6, 8 o 16 ohmios (Ω). Por lo tanto, el amplificador debe ser capaz de trabajar con las variaciones de impedancia que pueden surgir en este rango.
La manera en la que se refleja la impedancia de un altavoz es mediante una gráfica conocida como curva de impedancia, que varía de acuerdo a la frecuencia. Ahora bien, para un usuario medio el valor que resulta más interesante —y más fácil de entender— es el de impedancia nominal —que es el que indicábamos más arriba—. Esta medida no es estándar ya que en ocasiones puede medirse de acuerdo a la media de los valores más bajos de la curva y otras veces no. Hay ocasiones, por otro lado, que se hace referencia a la impedancia en los 1 kHz. Esto lo que nos viene a decir es que, aunque unos altavoces tengan una impedancia de 6 Ω, existirán frecuencias en las que la impedancia del sonido puede ser mayor (alta impedancia) o menor (baja impedancia). De todas formas, existen leyes que regulan el mínimo al cual puede alejarse la impedancia mínima nominal. Los más habituales son los siguientes:
8 Ω: mínimo de 6.4 Ω
6 Ω: mínimo de 4.8 Ω
4 Ω: mínimo de 3.2 Ω
Como decíamos en el punto anterior sobre qué es la impedancia de un altavoz, esta puede variar en función de la pista o del sonido que se esté escuchando. Ten en cuenta que cuanto más baja es la impedancia, más fácil es que fluya la corriente eléctrica a través del altavoz, pero el amplificador necesita dar más potencia.
Lo que ocurre, no obstante, es que los amplificadores no pueden aumentar su potencia de manera indefinida, lo que puede ocasionar que si juntamos un altavoz de impedancia baja (menos de 4 Ω) con un amplificador de mala calidad y ponemos el volumen al máximo este último se estropee. Esto es así ya que el amplificador se verá obligado a trabajar con un régimen de sobrecarga y ello acortará su vida útil de manera considerable. Incluso, es posible que ello pueda dañar algunos de los altavoces de las cajas. Además, como es obvio, el nivel de presión sonora fluctuará y ello afectará a la calidad del sonido, haciendo que se distorsione.
El problema que existe con la impedancia puede solucionarse con un amplificador de calidad. Este debe estar dotado con una buena fuente de alimentación para funcionar correctamente en cualquier caja —independientemente de la impedancia nominal que tenga—. Además de soportar las caídas abruptas sin problemas. Nuestra recomendación es que te fijes bien en las especificaciones del amplificador para elegir el que mejor se adapta a cada altavoz. En especial si la caja presenta variaciones intensas de impedancia. También puedes contactar con nuestro equipo de Zococity para solicitar asesoramiento a la hora de elegir tu altavoz y amplificador. ¡Estaremos encantados de atenderte!