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La respuesta de frecuencia es un indicador importante de la calidad de la reproducción del sonido que emite un altavoz, y es que esta medida define cómo el dispositivo maneja los diferentes sonidos , lo cual influye de manera considerable en la experiencia de escucha.
En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre dicho parámetro, analizamos qué es la respuesta de frecuencia, cómo se mide y cuál es la mejor respuesta de frecuencia. ¡Sigue leyendo!
Hablar de la respuesta de frecuencia, altavoces y para qué sirve es referirse a una medida que nos indica cómo el altavoz reproduce diferentes frecuencias de sonido. Recordamos que la frecuencia de sonido es la que determina el tono, se mide en Hz y cada unidad equivale a una onda por segundo.
Así mismo, la frecuencia que capta el oído humano —o, lo que es lo mismo, la capacidad de percepción del oído humano de las ondas de sonido— va de 20Hz a 20kHz (20.000Hz). Cuando hablamos de la frecuencia de respuesta de altavoces y su capacidad se debe buscar uno que tenga una amplitud, o que trabaje, con un rango lo más similar al del oído humano, pero también que lo haga sin introducir distorsiones o variaciones significativas en el nivel de salida. La variaciones en la respuesta de frecuencia pueden dar lugar a tres situaciones específicas, que repercuten de la siguiente manera:
Fidelidad del sonido
Una respuesta de frecuencia plana (y amplia) asegura que el altavoz pueda reproducir el audio de manera precisa y fiel al original, sin coloraciones indeseadas. Es la experiencia de escucha del sonido que buscan la mayoría de los audiófilos para poder oír sus canciones preferidas, así como para instalar un Home Cinema en casa, con una reproducción del sonido tal y como fue concebido.
Sonido para aplicaciones específicas
Algunas aplicaciones específicas pueden requerir de una respuesta de frecuencia específica o alterada. De hecho, existen altavoces especialmente diseñados para graves profundos que tienen un rango extendido hacia las frecuencias bajas. Esto no significa que sean peores que los de frecuencia plana, de hecho, funcionarán mejor para el objetivo que se persigue.
Baja calidad del sonido
Cuando la respuesta de frecuencia no es plana, pero tampoco está destinada para unas aplicaciones específicas, la calidad del sonido puede verse comprometida. Generalmente se trata de altavoces más limitados que, aunque no tienen por qué ser de mala calidad, son incapaces de reproducir algunos matices.
La respuesta de frecuencia se expresa en un gráfico que detalla la sensibilidad de un dispositivo para reproducir y/o registrar un sonido —en el caso de los altavoces para reproducir el sonido, como es lógico—. Este gráfico muestra la amplitud, generalmente en decibelios dB, y en función de la frecuencia. Para llevar a cabo una medición de la frecuencia del sonido y su respuesta es fundamental utilizar maquinaria especializada, como micrófonos con análisis 1/3 de octava —que reflejan la audición humana— y otros dispositivos especializados en frecuencias bajas y altas. En cualquier caso, lo más aconsejable es que sea realizado por un ingeniero de sonido, además suelen llevarse a cabo en unas condiciones determinadas de estudio para evitar interferencias.
También puedes solicitar una prueba de sonido, puesto que la experiencia de escucha del usuario importa y mucho. Sobre todo, si tienes el oído entrenado y sabes qué tipo de altavoz deseas. En cualquier caso, tendrás que fijarte primero en las especificaciones del dispositivo en concreto y revisar datos como el rango de frecuencia, la frecuencia crossover y la frecuencia de ajuste Bass Reflex, entre otras.
La forma en la que funcionan los altavoces varía considerablemente entre unos y otros. Ahora bien, lo ideal es que la respuesta de frecuencia sea plana. Esto significa que el altavoz no enfatiza ni atenúa ninguna parte del espectro de frecuencia, proporcionando una reproducción lo más fiel posible al sonido original. Algo que podemos observar, por ejemplo, en los altavoces monitor, donde esta cualidad importa, y mucho, y en general en los altavoces de alta fidelidad. Ahora bien, si buscamos una experiencia sonora más expresiva y viva, entonces estos matices no tienen por qué ser indeseables —por ejemplo, puede interesar que unos altavoces tengan una mayor amplitud en los bajos si eres amante de la música electrónica o del hip hop—.
Por otro lado, es fundamental que el rango de frecuencia —o intervalo de frecuencias que un altavoz puede reproducir— sea lo más parecido al del oído humano. Es decir, con una respuesta de frecuencia 20Hz – 20kHz.En definitiva, las necesidades específicas del usuario importan. No obstante, un altavoz con una respuesta de frecuencia irregular podría resultar en una reproducción de sonido donde ciertas notas o frecuencias son más prominentes o ausentes, afectando negativamente la calidad del audio. Si buscas un equipo de alta fidelidad, entonces opta por un altavoz con una respuesta de frecuencia plana. Así mismo, haz una prueba de audición de los altavoces con una misma respuesta de frecuencia y valora en cuál se escucha mejor. En algunos casos, el sonido no es el que se desea y es que los componentes de cada dispositivo, así como los materiales y demás aspectos influyen en el resultado final.