Horario: L-V de 11:00 a 14:00h y de 16:00 a 19:00h.
cumple las expectativas que pensaba
Gestión de compra perfecta. Pude probar tranquilamente los auriculares, comparar con los 820 y con los mía anteriores (660s). Buenos consejos para ayudarme en mi decisión. En casa muy satisfecho con la compra, se oyen de maravilla.El resto de detalles los encontrarán en sus especificaciones, no hace falta que las diga. Simplemente si están interesados en ellos, no lo duden: cómprelos. Desde luego valen lo que cuestan
SONIDO IMPRESIONANTE Y ADICTIVODespués de probar los Hifiman Sundara (mis primeros auriculares abiertos) he comprado los Sennheiser HD800s. No imaginaba un salto tan grande, habida cuenta de que los Sundara ya me parecían excelentes. Los HD800s son impresionantes para escuchar música seria (o clásica, como se prefiera). Definen perfectamente hasta el sonido más sutil. La dinámica es perfecta y la escena logradísima. Permiten tanto una escucha "relajada" como analítica. Los Sundara, en cambio, son muy analíticos o descriptivos, pero poco relajados. Los HD800s, en suma, son adictivos. Mejoran espectacularmente muchas grabaciones antiguas (que suenen asombrosamente en grabaciones excelentes es un mérito que, como el valor en la mili, se presupone). Incluso son sorprendentes probándolos con temas poperos grabados de modo muy tridimensional o "escénico", como el Malamente de Rosalía. La ergonomía es muy buena. Es un acierto la elección de materiales plásticos ligeros. El poco peso hace que la escucha pueda prolongarse sin fatiga. Las copas sobredimensionadas no son nada cool, pero garantizan la comodidad absoluta de las orejas. La única objeción a estos auriculares tiene que ver con los cables suministrados. Son magníficos, pero inadecuados para usarlos con reproductores y/o amplificadores portátiles. No es muy cómodo conectar mangueras de tres metros a un FiiO Q5s. No sería un gran dispendio para Sennheiser incluir un buen cable corto con toma de 3,5. Como curiosidad, he hecho caso de las instrucciones de manejo y he colgado del techo los cables durante varios días para que "adquieran su forma perfecta" (sic)
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